El corral

Gracias a todas por sus comentarios, pues si Maria sigue bien y creciendo poco a poco, a veces me desespera que su ritmo no es el mío, paciencia entonces y a bailar con el son que ella toque. Pocas veces en la vida una espera se vuelve tan anhelada como cuando se trata de un bebe, yo creía cuando estaba embarazada que la espera era eterna y los minutos se pasaban lentísimos, pues comparado con esto, eso no es nada, aquí las horas se miden diferente, y te vuelves esa imagen de persona que nunca creíste ser, en donde el mundo entero se rige por sus horarios y sus tiempos y el resto del día solo es una antesala de su visita.
Hoy fui al cine en no se cuanto tiempo, con una nueva amiga, Marian, estos días mis amigas intimas son 2 chicas extranjeras, mamás de los otros 2 niños que están con María, las que igual que yo, van para largo, las habituales. Aunque tenemos pocas semanas de conocernos, hay entre nosotras un vínculo, una complicidad fuerte que no sabría explicarles.
El caso es que entre nosotras nos entendemos, nos desfogamos, nos distraemos y nos terapeamos, después de la visita de María, sigue el ritual de nuestra visita al "corral" que no es otra cosa que un cuartito en el hospital, el cuarto de lactancia, ahí acudimos religiosamente después de cada visita, a sacarnos leche, si tal cual como vaquitas, por eso le llamamos el corral.
Durante los 30 o incluso 40 minutos que nos llegamos a tardar, aprovechamos para platicar del progreso de nuestros hijos, comentar de niños o papas nuevos que aparecen por nuestra ya conocida sala de terapia intensiva, del trabajo de las enfermeras, de los seguros, de medicinas, de doctores o simplemente platicamos de cualquier cosa que nos pueda distraer de la monotonía de nuestros días y de la larga espera que tenemos delante, a veces chismeamos a veces hasta lloramos, pero siempre nos acompañamos y eso lo hace mas sencillo, yo no se si en verdad lo de la sacada de la leche sea una mera excusa para tener un lugar que compartir con alguien que pasa por lo mismo que tu. Sini y los demás esposos, no se ni lo alcancen a entender, pero nos animan a ir y nos esperan pacientemente yo se lo agradezco, de otra manera no se si me volvía loca.