Los delirios de Laura

Y si se enfrentaran cara a cara el remordimiento con el deseo incontenible de hacer algo ¿quien ganaría? Esas y otras reflexiones se hacía Laura en la cabeza una y otra vez, tenía la oportunidad, estaba ahí frente a ella podía simplemente agarrar y hacerlo, la cabeza le daba vueltas: el delirio, la ansiedad y sin embargo se contenía, se contenía fuertemente porque sabía que no debía, pero mas que saber que no debía, era el miedo a la inevitable resaca de remordimientos que le vendría después y esa si que no se va, llega y te posee toda entera y solo puedes sobrevivir tratando de rehacer tu vida de nuevo, armarla en cachitos como si fuera un rompezabezas, que va si el remordimiento es fatal. Uy pero la ansiedad tampoco se anda con rodeos, te acecha te engatusa, te seduce toda toda, no te deja, te carcome de a poco, se apodera de tus pensamientos y de tus instintos y al final tu en medio, con tu poca o nula capacidad de tomar una elección propia, y sin embargo no lo hace, al menos no todavía, pero como le da vueltas y vueltas a la cabeza. Se imagina una y mil veces como sería si se decidiera, la sensación de libertad, el sabor semiamargo de triunfo que llenaría su paladar, el estremecimiento que le recorrería la espina completa y entonces... Ahí se detenía, sabía que no podía ir mas allá, no debía, no quería..